¡Qué triste! ¡Qué pena!, como puede ser que ese Fernando Cillóniz en su columna del diario Perú21 (publicada el 12.10.2011) apoye con tanto entusiasmo a los latifundios agrícolas para que los agricultores y ganaderos vendan sus tierras mientras sus hijos tengan que irse a vivir a la capital en una triste chabola por no tener recursos para sobrevivir.
Esos latifundios que tanto parece gustarle a dicho individuo a medio plazo sólo producen miseria debido a que una vez establecido las compras se efectúan donde sean más baratos o de donde proceda su capital de inversión en primer lugar, en segundo los productos resultantes se venden donde paguen más, en tercer lugar se convierte en peonadas como sucedió en España en las zonas de Andalucíaa y Extremadura donde por unos días de trabajo los gobiernos se vieron obligados a pagar una asistencia para el resto del año y por último en las adquisiciones también las hay de escondidas para posteriormente crear urbanizaciones de extracciones de minerales.
¿Éstas son las inversiones que queremos para nuestro País?, por favor tengamos un poco más de conciencia y visión de futuro.