El sistema educativo en el Perú, sobre todo escolar, es deficiente en calidad, en método y eficacia. Eso sumado a las pocas horas que un alumno pasa en las aulas trae como resultado niños de 12 años que no saben casi ni leer, chicos de 16 años que no entienden lo que leen y en general una juventud con muy pocos conocimientos y falta de interés por aprender.
La mayoría de los gobiernos que han pasado a lo largo de la historia no se han preocupado de hacer una verdadera reforma educativa que incluya todas las partes involucradas, desde maestros hasta alumnos, pasando por metodologías y mejora de las condiciones laborales y salariales para el magisterio.
Peor aun, es que en muchos casos, la educación se ha convertido en un negocio donde solo interesa tener a más niños matriculados pagando pensiones mensuales sin preocuparse de si aprenden o no, de si saben razonar y analizar los temas, de si comprenden o no una lectura, sino más bien esperando (o haciendo) que todos «aprueben» porque sino es un posible cambio de colegio por parte de los padres y por consiguiente un pago mensual menos.
Si queremos que el Perú cambie verdaderamente y que empiece el desarrollo (no el que nos pintan con el PBI sino un desarrollo real) tenemos que mejorar lo básico que es la educación, ojalá los gobernantes de turno hagan algo pues sin una población educada no avanzaremos como país, por más inversiones de dinero que nos quieran vender como salvación.
Hoy es 28 de julio, cumplimos 191 de una independencia fallida.
Esto es evidente porque como nación no hemos logrado una unidad como sociedad, no tenemos una identidad nacional verdadera que nos haga ser solidarios entre nosotros y no permitir injusticias con nuestros compatriotas. Los gobiernos sólo se han dedicado a crear «marcas» o cambiar logotipos con la palabra Perú, cosas absurdas y superficiales cuando los problemas que tenemos son de fondo y preocupantes.
Actualmente, el Estado cree (o eso nos quiere hacer creer) que el desarrollo es tener unos cuantos billetes más en el bolsillo o que el PBI sigue creciendo o que la gastronomía peruana es la mejor (¿?), cuando en realidad para que un pueblo sea desarrollado se necesita una base de educación eficiente, de lo cual carecemos, se necesita que las necesidades básicas sean cubiertas para todos los peruanos en todo el país, y en esto también fallamos puesto que hay pueblos y compatriotas que viven sin agua, luz o salud, sin acceso a educación ni oportunidades.
Un país que es independiente es un país libre, es un pueblo que piensa, razona, discute ideas, reclama las injusticias, rechaza rotundamente la corrupción y no permite ser mangoneado o manipulado como nos está sucediendo actualmente en el Perú donde parece que un puñado de billetes tiene más valor que las ideas propias, que la opinión espontánea, que las ideas de igualdad. Un país libre es un país que ofrece las mismas oportunidades para todos sus ciudadanos.
Ya casi son 200 años de vivir en la misma esclavitud que nos regía durante la colonia, ahora, esta esclavitud tiene otros nombres: dinero, poder, medios de comunicación masiva, corrupción, falta de iniciativa, cobardía y sumisión.
A pesar de todo, no perdemos la esperanza en que las cosas tienen que cambiar, en que llegaremos a ser un Perú justo, igualitario y digno, y esta esperanza está en nuestros jóvenes o en futuras generaciones. Mientras tanto nosotros aportemos algo para el verdadero cambio, intentando despertar, pensar y razonar sin dejarnos manipular por los medios, políticos y farsantes.
Nos despedimos con un deseo de esperanza, para algún día poder decir con convicción: feliz día de la independencia.
Análisis y reflexiones de nuestra realidad por José Luis Sampedro. Y decimos «nuestra» porque aunque la entrevista se refiere al momento actual de España (de lucha contra la corrupción política), los anáisis de Sampedro son completamente aplicables al Perú.
José Luis Sampedro es un escritor, humanista y economista español que aboga por una economía «más humana, más solidaria, capaz de contribuir a desarrollar la dignidad de los pueblos».
Para los que no puedan ver el video, abajo están las declaraciones de José Luis Sampedro en texto.
Se ha dicho que no hay alternativa al capitalismo.
Ha sido siempre un medio de dominio.
Este sistema está disgregado ya y corrompido y está realmente en desmantelamiento.
Que va a cambiar, eso es absolutamente imposible de evitar por parte de los que quieran evitarlo.
¿Es qué la gente está loca? ¡No!, está manipulada. La opinión pública no es la opinión pública, no es el resultado del pensamiento reflexivo de la gente.
Eso pasa por dos razones. Una porque no estamos en general educados para pensar, eso que exigía yo antes del pensamiento propio, del pensamiento crítico, la gente no razona, no piensa. Ahora mismo frente a unas elecciones la gente no piensa, no hace una razón , no hace un análisis, un estudio racional, es decir, esto es mejor, esto es peor, no. Se hace sobre todo por razones viscerales, por las características del que habla, por la voz que tiene, por las mentiras que cuenta y se aceptan, etc.
Esa es una razón, y la otra es que el poder existente que hoy es el poder económico domina los medios de información e inculca las ideas a la gente por los medios de información. La gente hoy juzga sobre todo por lo que ve en televisión o por lo que lee en los periódicos, pero sobre todo por lo que ve en televisión y vota según lo que ve y le dicen en televisión, y no piensa para nada en lo que le ocultan.
Lo que llaman opinión pública es una opinión mediática, una opinión creada por la educación y por los medios, ambas cosas interesadas en lo que interesa al poder. Porque el poder controla la educación y el poder controla los medios. Nada más.
Al hacer mediática la opinión pública te has cargado la libertad de todo el público.
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La cultura nuestra, la occidental, tiene una crisis de valores brutal porque ha sustituido los valores por los intereses, hoy lo que mueve a la gente es el interés económico y lo que vale, como dijo Marx, es la mercancía.
Y hay otras formas de desarrollo, el desarrollo de las personalidades, el desarrollo hacia dentro de cada uno, el ser cada uno cada vez más perfecto, mejor, más humano, más positivo, no especialmente codicioso por la productividad, no. Hacerse más persona.
Ahí hay alternativas, claro que hay alternativas, de modo que no se preocupen, cuando se hunda esto, que se está hundiendo, estamos viviendo la barbarie que produce ese hundimiento, vendrá otra cosa. La vida no se para. ¿O se van a creer los banqueros que son inmortales?
Mire, cualquier cosa que se haga puede cambiar las cosas, no pude cambiar las cosas, puede ayudar a ir cambiando las cosas.
La actitud esencialmente es tomar conciencia de la realidad, no aceptar sin crítica propia, no aceptar sin discusión interior de uno todo lo que nos dicen.
Y si claro, si se hace una manifestación o se hacen más, y si los jóvenes asumís, sobretodo porque sois los que vais a pagar el pato después ¿verdad? Sí, si lo haces podéis enderezar las cosas. Pero pensar que una manifestación cambia las cosas… es difícil.
Pero hay que seguir adelante, las batallas hay que darlas se ganen o se pierdan, hay que darlas por el hecho mismo de darlas. Porque eso nos junta, eso nos ratifica.
Se ha degradado el sistema, de modo que efectivamente hay alternativas y vendrán, las alternativas vendrán, se haga lo que se haga, seguro.
Otro mundo es posible y yo digo no, otro mundo no es posible. Otro mundo es seguro, otro mundo es seguro, lo que sí es seguro es el cambio. Ahora, ¿el cambio hacia donde? Ah, eso ya depende de lo que hagamos.