Prensa, tecnología y medios de comunicación


Todos sabemos el poder que tienen la prensa y los medios de comunicación sobre la opinión pública por el hecho de ser masiva, inmediata y permanente ejerce una gran influencia en las personas modificando muchas veces sus actitudes, opiniones y comportamientos en la sociedad.

Entonces es innegable que la prensa cumple una función importantísima para el desarrollo de un país porque tiene el poder de crear opinión mediática, el problema está en que esa opinión mediática no necesariamente es la opinión pública, es decir, el hecho que la mayoría de la prensa diga algo y la mayoría de gente se lo crea no significa que sea lo cierto o correcto.

En nuestro querido Perú, y sobretodo desde los años del fujimorismo, hemos sufrido de la manipulación de la prensa sobre la ciudadanía, ejercida bajo las órdenes de mafiosos y corruptos de la dictadura fujimontesinista (prensa chicha). Actualmente y cuando creíamos que toda esa prensa basura había desaparecido, regresamos a esos días oscuros durante la campaña electoral presidencial, y pudimos apreciar como la mayoría de diarios y canales de televisión desde los «decanos de la prensa nacional» hasta los canales «independientes» se alineaban en pro de sus intereses económicos y el de los grupos de poder que los manejan. Y lo que obtuvimos fue un circo de noticias tergiversadas, especulaciones en primera plana, acusaciones exageradas en titulares y toda una satanización y vaticinio de apocalipsis sobre la candidatura de Ollanta Humala en cuanto noticiario y programa televisivo hubiera.

Cuando resultó electo el presidente Humala y en vista que toda la guerra sucia y campaña asquerosa realizada por los medios no funcionó, éstos bajaron un poco el tono, se acomodaron en sus sillones (muy a su pesar imaginamos) y a regañadientes han aceptado lo que el pueblo ha decidido. Y es que durante todo este tiempo se llenaron la boca diciendo que su objetivo era el bien del país, el desarrollo y progreso de la sociedad, pero sus acciones dicen muchas veces lo contrario.

Se dedican a resaltar temas intrascendentes, noticias absurdas, incidentes que deberían pasar página pero que se convierten casi en «temas de seguridad nacional» dándole demasiada importancia a lo que no lo tiene (como el caso Martha Chávez) y lo que es peor la gente se sigue creyendo todo lo que le dicen mientras que los temas importantes pasan a segundo plano y en muchos casos al olvido.

Todos queremos un Perú mejor, un país que progrese de manera justa, que haya inclusión social y todos tengamos las mismas oportunidades, si ese es nuestro objetivo como peruanos… ¿Por qué la prensa no se dedica a hacer algo positivo proponiendo soluciones o alternativas a los tantos problemas que tiene nuestro Perú? Si ellos tienen el acceso a las tecnologías para poder llegar a cada rincón del país ¿Por qué no aprovechan ese poder en fomentar la empatía entre nosotros, luchar contra el racismo y la intolerancia, promover la cultura y la educación? ¿Por qué nosotros como peruanos que amamos nuestra tierra y nuestro origen andino no exigimos a la prensa que sea coherente con sus objetivos?

Xavi & Míriam

MIEDO AL PROGRESO


¿Nos estamos idiotizando o comportándonos como meros autómatas?. A lo largo de estas últimas décadas los  negados al progreso nos han venido anunciando primero con la radio que si sus ondas eran perjudiciales por un exceso de sintonía, el teléfono igualmente que si las ondas, etc.; posteriormente la televisión si nos íbamos a quedar ciegos de tanto pasmarnos ante ella, luego los móviles si producen cáncer y ahora sorprendentemente he leído con sorpresa hace pocos días que incluso las vibraciones pueden producirlas.

Como se va viendo a lo largo del tiempo que todos éstos comentarios solo se dirigen a un fatal protagonismo e incluso una mera fórmula para disponer de fondos, sean por las publicaciones y colaboraciones, con las correspondientes subvenciones, aparte de sacar constantemente normas y normativas por parte de las instituciones… con esta lluvia de temores y reglamentos nos estamos despersonalizando, comportándonos como auténticos robots, fáciles de domesticar y dirigir.

La pregunta del millón sería: ¿Es correcto asustar y aparentar prevenir a la ciudadanía contra el progreso?

Xavi & Míriam