La realidad que no queremos ver


lo que no queremos ver
Hay momentos en la vida en los que no vemos más allá de lo que queremos manteniéndonos en una situación de comodidad al no confrontar ideas u opiniones acerca de los problemas reales del mundo en que vivimos simplemente porque no nos gusta. Es más fácil vivir auto engañado creyendo que todo va bien aunque sepamos en el fondo que no es así.
El sufrimiento ajeno nos es indiferente, y lo peor, el sufrimiento propio también volviéndonos casi insensibles y autómatas perdiendo tanto la capacidad de indignación como la de asombro convirtiéndonos en seres cada vez más indiferentes.
Las crisis humanitarias como las guerras civiles motivadas por el control de recursos naturales y tierras en África, los refugiados de Somalia, los desplazados por la guerrilla en Colombia, los crímenes a diario en México, las víctimas de tráfico ilegal de personas en las fronteras y entradas a EEUU o países de Europa, la discriminación y violencia contra las mujeres, la violencia e inseguridad de miles de personas en Afganistán, Pakistán, la carencia de servicios básicos y acceso a la educación en Bangladesh, los desplazados de Serbia, Bosnia y Herzegovina producto de los conflictos de la década del 90, las víctimas de la violencia sexual y de género en el mundo, el trabajo infantil en países de América Latina, los desplazados y refugiados saharauis por el conflicto del Sáhara Occidental, los campos de refugiados palestinos que albergan a varias generaciones de ciudadanos sin derecho a tener patria, entre muchos otros conflictos, deben hacernos reflexionar sobre nosotros mismos y nuestra actitud frente a la vida.
Sabemos que no podemos resolver estos problemas pero eso no es excusa para no hablar de ellos, para no alzar la voz de protesta y actuar de ser necesario. Y podemos empezar dejándonos de prejuicios, teniendo un poco de apertura mental para ser más tolerantes con quien nos rodea y sobretodo para ser sinceros con nosotros mismos, no dejándonos manipular y actuar siempre por convicción.
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Xavi & Míriam
www.estamosjodidos.com
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SENSATEZ Y COHERENCIA


 

El presidente electo Ollanta Humala aún no ha tomado posesión del gobierno y la oposición ya le está haciendo el cargamontón. Esa oposición que tanto daño nos ha hecho al ejercer la crítica tergiversada de la realidad siempre en función de sus propios intereses.

Por esta razón debemos ofrecerle, como pueblo, todo nuestro apoyo para que tenga la oportunidad de realizar los cambios prometidos en su campaña, al igual si nos necesita estar dispuestos a salir dándole y mostrando nuestro soporte.

Como ciudadanos tenemos la obligación de apoyar las medidas que empiece a tomar pues no va a tenerlo fácil.  Pero con nuestro granito de arena podemos mostrarle como el pueblo está con él.

Ese aporte ciudadano significa tener sensatez y coherencia en nuestros actos, pensar racional y lógicamente para contribuir en los objetivos que nos unen como país despojándonos de prejuicios e intereses personales.

Aprovechemos esta oportunidad para realizar los auténticos cambios que requiere nuestro Perú.

Xavi & Míriam