Miedo y conformismo



¿Por qué vivimos en un constante estado de miedo? Esta preguntan nos la hacemos hace tiempo llegando a la conclusión que ello es debido a que siempre hemos estado bajo los azotes de las religiones o creencias habidas llegando a la época actual donde se han quebrado las libertades individuales.

¿Por qué nos creemos lo que nos cuentan y plasman desde la prensa por ejemplo ese tal Guillermo Giacosa en «Perú 21» alabando a la Iglesia con su proceder y opinión metiéndose en política económica en lugar de hacernos una exposición realista sobre los bienes adquiridos de tantas formas y en muchas de ellas inmorales cuando con este patrimonio que tan bien se cuida para el disfrute personal de Roma no revierte sobre los pueblos necesitados puesto que lo predicado es la humildad y no la ostentación que nos plasman y muestran constantemente?

¿Por qué tantas críticas por los atláteres de los fuedos capitalistas sobre sociedades regidas por otras ideas o ideales?

¿Por qué nos bombardean constantemente con publicidades tan fatuas como ventajas en estos momentos de crisis culpando a la ciudadanía del resultado de malas gestiones por parte de quienes ostentan el poder?

¿Por qué países sin confrontaciones se preocupan más en mantener unos enormes ejércitos con unos presupuestos inmensos a costa de rebajar los dedicados a los temas sociales: enseñanza, salud, pensiones, etc.?

¿Por qué aceptando y reconociendo que la democracia en si es un sistema aceptable para la convivencia social tienen que aparecer tantos detractores que aceptando estar bajo esta forma de régimen reniegan de los deseos del pueblo?

¿Por qué la escala en las diferencias sociales entre el más rico y el más pobre seguimos aceptándola cuando nuestros congéneres vemos y sabemos que llegan incluso a morirse de hambre?

En fin, la lista sería inacabable pero la última pregunta sería mucho más simple: ¿Por qué no tratamos de ser mejores en el comportamiento y solidaridad entre unos y otros aceptándonos tal cual somos reconociendo que estamos condenados a convivir juntos en el mismo planeta?

Tal vez esta última pregunta nos contestaría a las primeras.

Xavi & Míriam