ALAN GARCÍA: TODOS PARA UNO Y UNO A COSTA DE TODOS


Se ha de ser sinvergüenza el individuo ese para analizar países europeos cuando él durante su permanencia al frente de Perú no hizo nada que no reportara beneficios y con juicios pendientes pasados al olvido curiosamente preparando una farsa de campaña para volver con todo el cinismo del mundo a pretender gobernar (si así se puede decir) al pobre y esquilmado Perú.

Dejó un país arrasado económicamente para la población, con una hiperinflación y en manos de los imperialistas que aun lo estamos pagando donde ya le están preparando una campaña propagandística y encima dando explicaciones del por qué de esa crisis.

Se ha de ser muy sinvergüenza para juzgar los países europeos que gracias a su esfuerzo colectivo lograron salir de la porquería en la cual Alan Garcia dejó impregnado nuestro país así como todos los casos por lo que incomprensiblemente no se le ha juzgado (seguro que por el buen colchón que preparó) pese a que la ciudadanía no, como el cree, es ciega pues por esto le echaron, sino que le pregunten por los juicios pendientes por el caso del frontón y las matanzas de Bagua en su segundo gobierno.

Esta nueva carga mediática que le están preparando a un sinvergüenza de esta índole parece ser que en las próximas elecciones pretende volver a aparecer como una persona íntegra cuando en realidad es un esperpento de su misma imagen (es incomprensible que estos fascistas no encuentren entre su rebaño a alguien más limpio para recurrir que a él).

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Xavi & Míriam
www.estamosjodidos.com
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¿Qué les diremos?


Artículo del periodista peruano César Hildebrandt sobre la coyuntura electoral y el posible retorno a la época más oscura e infame del Perú.

¿Qué les diremos?
Por: César Hildebrandt.

A mí lo que me preocupa es qué les vamos a decir a los jóvenes inteligentes e ilustrados (claro que los hay) si Keiko Fujimori, como parece que podría suceder, llega a la presidencia.

-¿No es esta señora la hija de un señor que está condenado a la cárcel por asesino y por ladrón?- preguntará el joven.

Sí -le diremos. Pero los hijos no heredan los defectos de sus padres. Tú, por ejemplo, eres más inteligente que tu padre.

-Ya sé que los niños no heredan los defectos de los padres. ¿Pero no es cierto que se la señora Keiko ha dicho que el de su padre fue el mejor gobierno de la historia del Perú? ¿No pidió para su padre, el otro día, «un aplauso tan fuerte que se escuche hasta la DIROES»?,-  preguntará el joven.

-Sí, pero eso lo hace por amor filial- disimularemos.

-¿Y no es cierto que el 90% de la gente que acompaña a la señora Keiko es la misma gente que acompañó, entre robos y crímenes de lesa humanidad, a su papá?

-Sí, pero todos podemos cambiar- diremos.

-Ya sé que podemos cambiar- insistirá el joven. Pero, entonces, ¿por qué el señor Souza o la señora Chávez siguen diciendo que los jueces que condenaron al señor Fujimori tendrán que pagar por lo que hicieron? ¿Ha cambiado el señor Trelles cuando dice que Fujimori pasará a la historia como el hombre que derrotó a la barbarie y que la democracia a veces puede interrumpirse, cuando la patria lo demanda?

-Pero esas son opiniones- nos defenderemos.

-Pero, al fin y al cabo, lo de Hitler también era una opinión- dirá el joven, entre irónico y fulmíneo.

Y en ese momento sentiremos vergüenza. Asco y vergüenza. Y ya no diremos nada. Y trataremos de salir de la escena. Pero como la juventud es divina pero inmensamente cruel, entonces el joven cogerá una manga de nuestra chaqueta, nos hará voltear y nos preguntará demostrando que lee y que se interesa por la historia:

– ¿Puede usted decirme si algún hijo de Anastasio Somoza fue presidente?

– No. Ninguno.

– ¿Y algún hijo de Trujillo?

– Tampoco.

– ¿Y de Pérez Jiménez?

– No. Pero, ¿a dónde quieres llegar?

– A que somos muy especiales, ¿verdad?

Y nos podremos rojos. De vergüenza. De vergüenza y asco. Y volveremos a irnos y a callarnos.

Entonces el joven, casi a gritos, nos preguntará más corrosivo que nunca:

– ¿No nos dijo usted que las elecciones servían también para medir la dignidad de un pueblo?

Y no tendremos nada que decir.