¿Cuando llegará la independencia del Perú?


Hoy es 28 de julio, cumplimos 191 de una independencia fallida.

Esto es evidente porque como nación no hemos logrado una unidad como sociedad, no tenemos una identidad nacional verdadera que nos haga ser solidarios entre nosotros y no permitir injusticias con nuestros compatriotas. Los gobiernos sólo se han dedicado a crear «marcas» o cambiar logotipos con la palabra Perú, cosas absurdas y superficiales cuando los problemas que tenemos son de fondo y preocupantes.

Actualmente, el Estado cree (o eso nos quiere hacer creer) que el desarrollo es tener unos cuantos billetes más en el bolsillo o que el PBI sigue creciendo o que la gastronomía peruana es la mejor (¿?), cuando en realidad para que un pueblo sea desarrollado se necesita una base de educación eficiente, de lo cual carecemos, se necesita que las necesidades básicas sean cubiertas para todos los peruanos en todo el país, y en esto también fallamos puesto que hay pueblos y compatriotas que viven sin agua, luz o salud, sin acceso a educación ni oportunidades.

Un país que es independiente es un país libre, es un pueblo que piensa, razona, discute ideas, reclama las injusticias, rechaza rotundamente la corrupción y no permite ser mangoneado o manipulado como nos está sucediendo actualmente en el Perú donde parece que un puñado de billetes tiene más valor que las ideas propias, que la opinión espontánea, que las ideas de igualdad. Un país libre es un país que ofrece las mismas oportunidades para todos sus ciudadanos.

Ya casi son 200 años de vivir en la misma esclavitud que nos regía durante la colonia, ahora, esta esclavitud tiene otros nombres: dinero, poder, medios de comunicación masiva, corrupción, falta de iniciativa, cobardía y sumisión.

A pesar de todo, no perdemos la esperanza en que las cosas tienen que cambiar, en que llegaremos a ser un Perú justo, igualitario y digno, y esta esperanza está en nuestros jóvenes o en futuras generaciones. Mientras tanto nosotros aportemos algo para el verdadero cambio, intentando despertar, pensar y razonar sin dejarnos manipular por los medios, políticos y farsantes.

Nos despedimos con un deseo de esperanza, para algún día poder decir con convicción: feliz día de la independencia.

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Xavi & Míriam
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Corrupción y política


¿Qué pasa cuando los políticos están atados de pies y manos con dependencias totales hacia grupos financieros (digamos bancos, fondos, inversionistas, etc.) que incluso ante un estado de crisis económica se les otorga para que no se desplomen o entren en quiebra ostentando las constituciones en general la igualdad entre todos los ciudadanos, entregándoles el capital generado por el esfuerzo del país para evitar su defunción?

¿Fácil respuesta no?  ¡»CORRUPCIÓN»!,  observamos que esta situación se ha dado en Europa y EEUU y sobretodo no resolverán sus problemas económicos a costa de generar más distanciamiento entre ricos y pobres, reduciendo servicios sociales y creando un paro (desempleo) sobredimensionado.

Otra de las razones por la que somos tan contrarios a esta forma de proceder es debido a las campañas que se hacen en los mismos, presentando a la ciudadanía culpable de haber llegado a esta situación como si los grupos financieros y políticos no tuvieran culpa de ello publicitando que se vivía por encima de sus posibilidades, cuando en realidad deberían rendir cuentas ante la justicia por haber sido los que la han ocasionado (véase también como quedan los patrimonios de estos individuos).

Aun nos asombra mucho más ver como todavía hay atlátares que defienden este capitalismo feroz ante la miseria que producen en la sociedad e increíblemente ésta no responde adecuadamente.

Xavi & Míriam

Adoración al capital


¿Nos damos cuenta de lo que estamos haciendo ante nuestra sociedad, frente a la miseria existente y las necesidades que sufren nuestros compatriotas, con tanta ostentación y egoísmo llegando a culminar el éxtasis por la adoración del dinero?

Nos preguntamos si ello es necesario, pues se aparta e incluso es mayor que la publicidad en sí, sobre los productos comunes; está bien que cada uno haga con lo suyo lo que le apetezca, pero quien se está muriendo de hambre (que no son pocos) y encima con la crisis actual que padecen muchos países donde podemos incluírnos nosotros pese a hacernos creer que no es así ya que no les llegamos a la suela de los zapatos en calidad de servicios para cubrir las necesidades básicas sólo ostentando y presumiendo sobre nuestro PBI, PAP o RIP da igual la denominación debido a que recaen estos beneficios entre unos pocos incluídos los testaferros, toda esta gran mayoría de población que no tiene acceso a una oportunidad justa de educación, de trabajo, de salud ni de progreso y calidad de vida, ¿Cómo podemos ser tan individualistas e indiferentes ante la necesidad ajena?

Por otra parte, mucho hablamos de igualdad de oportunidades pero es en el Estado donde está apalancada la corrupción, gran protagonista de lo antedicho, y proyecta una imagen de falso «poder y éxito» pues una de las grandes aspiraciones actuales de nuestra juventud con el lavado de cerebro que tanto se les machaca con falsas ilusiones reside, por ejemplo, en poder entrar en un reality televisivo para lograr asegurarse su supervivencia en esos falsos status sociales que con tanta ostentación se está haciendo en los medios para quedar en poco tiempo en el olvido y sin ninguna base cultural ni ética.

Seguimos sin comprender como aún pueden quedar sujetos que admiren, dignifiquen y publiciten esta adoración por un capitalismo y lujo salvaje e incluso criticar y burlarse olímpicamente del ecologismo y solidaridad cuando en realidad la calidad de vida de la mayoría de ciudadanos está por debajo de los pocos que venden esta falsa imagen de «superioridad».

Es momento de levantar la cabeza y rechazar la adoración al capital, es momento de mirar más allá de nuestro beneficio personal inmediato para unir esfuerzos y que el capital sea para beneficio de todos y no crear falsos guetos para su vil ostentación.

Xavi & Míriam

Racismo retrógrado


Y dale que te pego insistentemente con esos retrógrados, antisociales, falta de escrúpulos y sobretodo de respeto para sus conciudadanos con toda su hipocresía.

Nos referimos a la dichosa ostentación de la marcha realizada por esos irrespetuosos antidemócratas (5000 según ellos) contra la alcaldesa Susana Villarán, pues ese Eduardo Masías, representante de la Coordinadora Nacional Pro Familia, que tanto parece que le gusta dirigir a todo un pueblo con sus falsos escrúpulos y valores que según él existen desde la época de la Inquisición y no pueden variar.

Por otra parte sorprende la demanda para que se adhieran acohólicos a esta forma de vivir, pensar (y no la mayoría de quienes tanto vociferan) interpuesta o que dice interponer James Verástegui si alguien se molesta en leerla seguro que la guardará como ejemplo para conocer una de las bases del origen de la xenofobia.

No seamos tan tontos ante esos vociferantes que por otra parte si calculamos el número de participación real en el supuesto de que hayan encima obligado a sus familias a la participación y calculando un promedio de cuatro nos daría una cifra irrisoria.

Finalmente «felicitar» a ese James Verástegui por ese escrito pues no puede concebirse que algo parecido se tenga valor tan solo en mostrarlo pues es toda una vergüenza publicar esa nemez cargándose todos los principios democráticos y de respeto a los conciudadanos.

Desde aquí queremos felicitar a la alcaldesa Susana Villarán por defender la democracia y la animamos a que siga en esta línea, pues si es alcaldesa lo logró por aclamación y no por los cuatro caciques que demuestran ser de la calaña de estos que tanto les preocupa lo que hagan los demás.

Xavi & Míriam

MIRANDO AL FUTURO SIN OLVIDAR EL PASADO


Ha terminado la campaña electoral en Perú y todos los que hemos luchado de manera anónima para defender a nuestro país de la corrupción nos sentimos contentos de ver que triunfó la dignidad. Y también tenemos esperanza del inicio de un cambio positivo para nuestro país.

Ante la abusiva campaña de los grandes medios de comunicación masiva (prensa escrita, tv, radio) promovida por no pocos empresarios y políticos, parece que hubiéramos perdido el objetivo común que tenemos como peruanos.

Luego de la elección observamos lo que sucede en la actualidad y reflexionamos tratando de rescatar lo que realmente queremos para nuestro país:

Queremos igualdad para todos con las mismas oportunidades en educación, salud y empleo.

Queremos que la calidad de la educación mejore.

Queremos tener un empleo digno con una remuneración justa.

Queremos que nuestras familias, hijos, esposas, padres o abuelos tengan una vida satisfactoria y saludable.

Queremos sentirnos seguros y protegidos en nuestro propio país.

Queremos sentirnos orgullosos de ser una sociedad solidaria.

Nuestro objetivo es que el Perú cambie, es el bienestar de cada uno de los peruanos y ante la realidad que nos toca vivir hoy, tenemos que asumir una postura democrática y participativa.

Nuestra labor como ciudadanos no ha terminado.

Debemos ser vigilantes, no dejarnos manipular por los políticos que utilizan los medios de comunicación para tergiversar las cosas creando más división entre peruanos. Esos es lo que buscan solo para su beneficio económico.

Debemos transmitir el mensaje correcto a todas las personas alrededor nuestro. Tenemos que explicar con paciencia y respeto a los que aun tienen miedo, a los engañados por la prensa mediática, que el objetivo real es buscar el bienestar común, la igualdad de oportunidades para cada peruano y peruana.

Evitemos la violencia entre nosotros, no se trata de atacar y ofender a los demás sino todo lo contrario, fomentemos la empatía de nuestra sociedad, entre nuestras familias, amigos y colegas de trabajo.  Una sola voz no cambiará nada, pero si unimos fuerzas y energía podemos iniciar un cambio.

Y es muy importante no olvidar nuestro pasado, nuestra historia. Si lo hacemos repetiremos los mismos errores que no nos dejan avanzar como país. No pueden quedar impunes los delitos y corrupción vengan de donde vengan porque eso significaría avalarlos, ser sus cómplices al quedarnos callados.

Todos tenemos la obligación moral de construir un país mejor, de apoyar a nuestros nuevos gobernantes. No podemos caer en la indiferencia y pasividad de siempre para luego de 5 años quejarnos y lamentarnos. Es ahora cuando tenemos que actuar, cuando debemos buscar el objetivo común de todos los peruanos: igualdad de oportunidades para todos.

No tengamos miedo de expresarnos, de querer vivir en un Perú mejor, en un Perú justo, igualitario y digno.

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Xavi & Míriam

LA FUJIMORIZACIÓN


Y por qué está en todas partes

Artículo de Gustavo Faverón.

Queremos suponer que la «fujimorización» del Perú es una suerte de enfermedad que sólo afecta, de manera específica, a quienes desperdician la posibilidad democratica votando por el fujimorismo. Lamentablemente, no es así. Lo que llamamos «fujimorización» no se circunscribe a los votantes fujimoristas; afecta a los peruanos mucho más allá de ese límite. La manera más discreta y breve de descrfibir la «fujimorización» es señalarla como un proceso de pérdida de vergüenza ante los hechos que más obviamente deberían avergonzarnos.

Antes de la primera elección de Alberto Fujimori, en 1990, los peruanos les pedíamos a nuestros políticos un cierto grado de decencia. Nada extremo: la política siempre ha perdonado demasiado. Pero no elegíamos gobernantes que fueran evidentemente vergonzosos o vergonzantes; si resultaban serlo, eso lo descubríamos en algún momento de los siguientes años, no durante el tiempo de sus candidaturas. O se trataba de gobernantes arribados a una posición de poder por la fuerza de las armas, la manipulación, los juegos de influencia; no convertíamos alegremente en dignatarios a los maleantes por voto popular.

Hoy, Keiko Fujimori puede decir en un débate público que «la mayoría» de sus asesores «son intachables» y eso no ocasiona un escarnio multitudinario. Unos observamos el lapsus de mediana transparencia; otros, le critican la falta de tino para expresarse; otros, una gran parte, no se fijan, no ven nada extraño. La verdad es que a Keiko Fujimori le basta con decir que un cierto asesor no ha sido condenado para volverlo viable. «Intachable», en la lengua del fujimorismo, es un adjetivo que puede designar a alguien que escapó de la justicia por un pelo. Para hacer política en el Perú con aire de legitimidad basta con estar fuera de la cárcel. Y, como sabemos, ni siquiera esa es una condición necesaria.

Pero la «fujimorización» va más allá. Los peruanos hemos aprendido a convivir con muchas más cosas. Un cardenal puede ridiculizar la democracia y los derechos humanos, y servir descaradamente a los afanes políticos de una banda inmoral, sin que eso socave su posición como jefe de la Iglesia en el Perú. Puede perseguir a una universidad, instrumentalizando a la justicia con la ayuda de sus aliados autoritarios, sin que el asunto sea entendido como una afrenta contra la libertad de pensamiento y como una humillación contra la moral cristiana.

Los periodistas pueden torcer cualquier verdad sin esperar que su deshonestidad les acarre un castigo de ninguna especie. Los dueños de un medio de comunicación pueden adelantarse a la cooptación de la futura dictadura y obsequiársele de cuerpo y alma aun antes de que el régimen sea nuevamente realidad. Un enorme sector del país cierra los ojos voluntariamente ante la evidencia de esa vileza y olvida cualquier estándar ético o moral: hasta que pasen las elecciones y se aseguren cinco años de un modelo económico que les permita vivir sin mirar alrededor, están dispuestos a colocar sus principios (incluso si esos principios son fingidos y superficiales) en la congeladora.

El otro vector de la «fujimorización» es la estupidez. Lamentablemente, ella atañe también a muchos de quienes se oponen al regreso del fujimorismo. Gran parte de la oposición (porque, en la práctica, quien se enfrenta al fujimorismo en el Perú ya está en la oposición) ha olvidado que la defensa de la moral nacional no es una bandera ridícula. Tras años de llamar, despectivamente, «moralistas», a cualquiera que propusiera unas formas de convivencia no sólo legal sino realmente civilizada, ahora les es totalmente ajena la noción de defender la legalidad en nombre de la ética y la moral.

Una parte de eso la he visto yo de cerca: la blogósfera, por ejemplo, fue capturada hace años por una parvada de tontos disfuncionales a los que la propuesta de cualquier norma de respeto mutuo les parecía «autocrática» o «autoritaria». En la práctica, instituyeron un espacio en el que la pose de defensa democrática conviviía con todas las formas imaginables de desprecio por el otro, desde la campaña de desprestigio hasta la irrupción en la privacidad ajena, desde el chantaje hasta la censura a quienquiera que se atreviera a responder. A cambio de columnas en diarios que hoy son poco menos que voceros del fujimorismo, o de cachuelos payasescos en programas de televisión, esos bloggers convirtieron un espacio potencial de respuesta al fujimorismo en uno más de sus frutos. Basta ver la manera en que tratan la coyuntura actual, como si las elecciones de este domingo fueran un partido de fútbol o el siguiente número de un cómic.

La «fujimorización» de la sociedad peruana es la que convierte a mediocres en estrellas. Está en la televisión de Lúcar, de Pérez Luna, de Magaly Medina, de Bayly, de Beto Ortiz, de Aldo Miyashiro. No importa si circunstancialmente alguna de esas personas está en favor o en contra del fujimorismo: sus vaivenes y sus zigzagueos son el fruto de la perversa educación en la banalidad que inició Alan García en 1990 y que prolongaron e hicieron costumbre Alberto Fujimori, Vladimiro Montesinos, Martha Chávez, Luz Salgado, Luis Delgado Aparicio, Jorge Trelles, Martha Hildebrandt, Luisa María Cuculiza, etc., la misma que hoy representa Keiko Fujimori.

Es irónico: uno ve las columnas publicadas por los bloggers de mentalidad infantil, los libros escritos por los novelistas del fast-food a destajo, los programas de televisión que engendra tanto payaso bidimensional, y luego uno ve a Keiko Fujimori como candidata presidencial, y uno se da cuenta de que todo es lo mismo: por encima de cualquier otra cosa, es la desvergüenza de la idiotez, la admiración por la mediocridad, la insólita y orgullosa victoria de la inpacapacidad de reflexión.

Más allá de que este domingo gane Ollanta Humala o gane Keiko Fujimori, el hecho de que no haya ningún partido político real y suficiente detrás de ninguno (ni detrás de ninguno de los candidatos que quedaron en la carrera) ya es una victoria de la «fujimorización».

Obviamente, será peor si además gana el fujimorismo. Pero sería un gran error creer que el fujimorismo político es el único rival. El proceso de pérdida de la vergüenza y de pérdida del orgullo, el proceso de creciente desamor por la inteligencia y por la actividad intelectual, el proceso de desvanecimiento de los límites éticos y de la conducta moral, todo eso a lo que llamamos «fujimorización», sigue adelante, y es el rival trascendente, el que deberemos derrotar, sin importar cuál sea el resultado de la elección.

La sola coyuntura de elegir entre dos opciones y que una sea una mafia, y que esa mafia tenga el apoyo de millones de peruanos, ya es una derrota, de la que tendremos que resarcirnos pronto si queremos ser un país viable.

Todos los peruanos contra la corrupción


Desde las 2 de la tarde, miles de personas pertenecientes a colectivos civiles, asociaciones independientes, jóvenes universitarios, civiles de a pie, madres de familia, trabajadores, abogados y todos los que estamos en contra de la corrupción marchamos desde la Plaza 2 de Mayo hasta el Campo de Marte, por diversas calles del centro de Lima. También se realizaron marchas pacíficas en Chiclayo, Ayacucho, Trujillo y Cuzco.

En el camino hacia el punto de concentración recibíamos adhesiones y expresiones de apoyo de taxistas, choferes de combi y transeúntes; también recibimos el rechazo de algunos que no están de acuerdo con acabar con la corrupción (¿?), y todo es respetable, para eso estamos en democracia.

Pero lo grave fue que recibimos el ataque violento de un sujeto ubicado en la Plaza Bolognesi, entre la Av. Guzmán Blanco y Paseo Colón (a pocos pasos del local fujimorista). El sujeto se acercó violentamente, nos quitó la banderola, se la quiso llevar y nos agredió con empujones porque caminábamos pacíficamente hacia la Plaza 2 de Mayo.

Luego de arrojar la banderola en medio de la pista entre los autos, se acercó nuevamente para agredirnos. Cuando recuperamos la banderola y retomábamos la caminata, sacó un manojo de llaves del bolsillo e intentó romper la banderola.
Ante la violencia del sujeto, algunos transeúntes y dos policías se acercaron a increparle al tipo que nos dejara tranquilos. Luego continuamos nuestra marcha, y el sujeto se quedo amenazándonos parado frente al local fujimorista (¿qué casualidad no?).

La marcha fue multitudinaria, duró casi 4 horas, en muchos casos participó gente espontánea que se unía al rechazo a la corrupción.

La gente demostró no tener miedo a la mafia fujimorista.

Todos estamos cansados de agachar la cabeza, cansados de tanta corrupción, cansados del abuso de los que quieren manipular la opinión pública.

Tenemos que hablar fuerte y sin miedo, defender a nuestro país de la corrupción y evitar que regresemos al pasado infame de un gobierno fujimorista.

Es el inicio de un cambio positivo para el país.

MANIFIESTO DEMOCRACIA REAL PARA EL PERÚ:
https://estamosjodidos.wordpress.com/2011/05/21/democracia-real-para-el-peru/

¡Desde aquí más fotos de la marcha!

Con esperanza y dignidad ¡Fujimori nunca más!


La Coordinadora Nacional de Derechos Humanos y diversos colectivos ciudadanos, estudiantes y artistas, convocan para este jueves 26 de mayo de 2011 una gran movilización nombrada “Con esperanza y dignidad: Fujimori nunca más”

Participemos todos en esta manifestación pacífica y democrática, frente a la posibilidad de la reinstauración de un régimen violador de los derechos humanos y corrupto a través de la candidatura de Keiko Fujimori.

Es nuestro momento de actuar como ciudadanos. No nos dejemos engañar por la corrupción y su campaña de miedo. Si unimos nuestras fuerzas, todos los peruanos, de costa, sierra y selva podemos iniciar un cambio positivo para nuestro país.

No tengamos miedo de expresarnos, de querer vivir en un Perú mejor, en un Perú justo, igualitario y digno.

Manifiesto: DEMOCRACIA REAL PARA EL PERÚ
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DEMOCRACIA REAL PARA EL PERÚ


Somos ciudadanos peruanos como cualquier otro peruano más.

Somos personas normales y corrientes. Somos como tú: gente que se levanta por las mañanas para estudiar, para trabajar o para buscar trabajo, gente que tiene familia y amigos. Gente que trabaja duro todos los días para vivir y dar un futuro mejor a los que nos rodean.

Unos nos consideramos más progresistas, otros más conservadores. Unos creyentes, otros no. Unos tenemos ideologías bien definidas, otros nos consideramos apolíticos… Pero todos estamos preocupados e indignados por el panorama político, económico y social que vemos a nuestro alrededor. Por la corrupción de los políticos, empresarios, banqueros… Por la indefensión del ciudadano de a pie.

Con cariño pero también con preocupación observamos lo que sucede en la actualidad y reflexionamos tratando de rescatar lo que realmente queremos para nuestro pais.

Aquí parece que estuviéramos peleando entre peruanos, que el objetivo sea demostrar que unos u otros tienen la razón.

Pero… ¿cual es esa razón?, ¿qué es lo que verdaderamente queremos los peruanos?:

¿Queremos igualdad para todos con las mismas oportunidades en educación, salud y empleo?

¿Queremos que la calidad de la educación mejore?

¿Queremos tener un empleo digno con una remuneración justa?

¿Queremos que nuestras familias, hijos, esposas, padres o abuelos tengan una vida satisfactoria y saludable?

¿Queremos sentirnos seguros y protegidos en nuestro propio pais?

¿Queremos sentirnos orgullosos de ser una sociedad solidaria?

Entonces, todos somos ciudadanos, todos somos peruanos y formamos parte de la democracia porque la democracia parte del pueblo (demos=pueblo; cracia=gobierno).

Nuestro objetivo es que el Perú cambie, es el bienestar de cada uno de los peruanos y ante la realidad que nos toca vivir hoy, tenemos que asumir una postura democratica, participativa.

Como peruanos debemos ser vigilantes, no dejarnos manipular por los políticos que utilizan los medios de comunicación con sus campañas para difundir miedo.

Evitemos la violencia entre nosotros, no se trata de atacar y ofender a los demás.

Se trata de la unión de todos los peruanos por un beneficio común: nuestro bienestar y la mejora del país.

Debemos rechazar la corrupción y la injusticia vengan de donde vengan.

Debemos ser vigilantes con nuestro voto, no les regalemos un cheque en blanco, tenemos que unirnos todos, respetándonos entre nosotros y reaccionando si alguno de estos politicos actúan en contra de nuestro país y la democracia.

Por nuestros hijos, familias y amigos debemos actuar y alzar nuestras voces sin miedo.

Una sola voz no cambiará nada, pero si unimos fuerzas y energía podemos inciar un cambio.

No tengamos miedo de expresarnos, de querer vivir en un Perú mejor, en un Perú justo, igualitario y digno.

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