Justicia a la española


Observamos y por suerte no estamos en la misma situación que en este país (España) donde a pesar de ser el gran creador de paro de la Comunidad Europea, de una forma quijotesca su máxima aspiración por parte de su Ministerio de Justicia es la de reducir y controlar el aborto al igual que en años pasados se hacía con el nacional catolicismo de la época de la dictadura.

Actualmente y debido a la gran cantidad de paro el Ministerio presidido por Gallardón parece que no tiene otra cosa que le importe más que dicho tema al igual que un quijotesco luchando contra sus molinos mientras la sociedad se va cargando de problemas de todos los niveles: judiciales, policíacos, delincuencia, hambre, etc., etc., dando la sensación de haber perdido el rumbo sin saber donde apoyarse salvo en crear una discusión a nivel nacional con temas tan fatuos.

Rogamos que nuestro presidente Humala siga en su línea trazada sin tolerar que nadie al servicio de la nación tome decisiones tan exabruptas y mucho más en una situación económica que por desgracia atraviesa ese país España debido a que son temas tan publicistas como dar prioridad a un partido de fútbol para disfrazar los problemas reales.

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Xavi & Míriam
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¿LOS PERUANOS SOMOS MIEDOSOS?


¡No!, ¡rotundamente no! sólo que en anteriores políticas y en el camino que se empiezan a vislumbrar de la actual nos hace temerosos de salir a la calle por todos los sinvergüenzas que corretean por todas partes sin que reciban el correspondiente castigo, nos referimos a esos pequeños robos o hurtos que tan mal nos hacen vivir pues es el devenir del día a día.

Parece incomprensible no se retire a toda esa gente de mal vivir atentando contra la sociedad de la circulación, pues desconocemos si se debe a intereses políticos, policiales o judiciales para demostrar más trabajo y solicitar mayores recursos lo cual nos parecería inaudito.

Por otra parte muchos de esos elementos que aparentemente tanto daño hacen en sus atentados pueden ser reinsertados en la sociedad previo castigo y formación prestando servicios a la misma sociedad bajo un estrechísimo control al igual que muchos países ya estan realizando.

Desde aquí queremos hacer este llamamamiento para que las autoridades tomen cartas en el asunto de una vez por todas pues lo que queremos y deseamos todos es vivir en convivencia y en paz, pues en el caso contrario sabemos que acaba en actos terroristas y somatenes.

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Xavi & Míriam
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Culto a la muerte


Hoy queridos lectores, os ofrecemos un artículo de opinión del periodista César Hildebrandt. Lo compartimos con vosotros porque creemos que es de interés nacional.

Xavi & Míriam

 

Culto a la muerte

Por César Hildebrandt.

Vamos camino a Texas. La gente celebra que a los delincuentes los maten de modo preventivo, en la calle y con pistola de uso personal. Es decir, estamos hablando de la privatización de la pena de muerte, la modificación ciudadana y, a pólvora limpia, de la Constitución. Nos faltan John Wayne y Charlton Heston, pero tenemos al coronel PNP ( r ) Elidio Espinosa Quispe, celebrado en Trujillo como un héroe a pesar de que con él proliferan botadores de cadáveres y que durante su gestión de sheriff pata al suelo hubo varios tibios que salieron fríos de las comisarías y otros tantos perforados de dudosa procedencia.

Pero mi país es así: ama la muerte, Somos mexicanos en eso y deberíamos tener nuestro propio José Guadalupe, ese genio mortuorio. Nosotros hacemos calaveras pero no las pintamos y eso es una grave omisión.

Así que en vez de pedirle al Estado que limpie a la podrida policía que nos amenaza, los oyentes de las radios están dispuestos a que la seguridad de las ciudades esté en manos de paisanos de buenos reflejos y puntería adiestrada. En el Perú, cada cierto tiempo, la barbarie da un golpe al Estado y se apodera del discurso popular.

De allí viene la idea de que estuvo bien matar a los sobrevivientes del MRTA que tomaron la embajada japonesa, que fue bueno para el país lo que García o Fujimori permitieron hacer en las aldeas del horror y las fosas comunes. De allí la idea de que la democracia es un obstáculo, el Congreso un detalle, la paz sólo una opción. Y el cholerío, una deuda que no hay por qué pagar.

Tenemos dentro de nosotros a un virrey pugnando por salir y un inca matachancas nos habla desde la sangre que nos recorre. Por eso el peruano se complace en le autoritarismo. Venimos de teocracias brutales, conquistas genocidas, virreinatos que usaban el garrote vil. Eso es lo nuestro.

Y lo más curioso es que esa vocación por el atajo extralegal y la sangre (ajena) derramada viene junto a nuestro cantito agudo, nuestros diminutivos, la levedad de nuestros pareceres. Hay una hipocresía nacional que merecería una patente. Basta ver a Mónica Delta negándole a representante del Movadef el derecho a hablar para entender que en el Perú la democracia es una palabra y la amnesia una solución. ¿Mónica Delta encarnando los valores de la libertad? Es para llorar de risa.

Festejar la pena de muerte en manos privadas, no ayuda a derrotar a la delincuencia: incrementará su virulencia. Habrá forajidos que ahora preferían robarles a los cadáveres.

Y tendremos el país turbulento que siempre hemos querido y creo que nos merecemos: el país en el que la mentira es fundamento de la política y donde la mayor parte de las buenas reputaciones vienen del mito y la falsedad genérica.

La violencia mayor no está en las calles. Eso es lo que nos quieren hacer creer los dueños de la gran prensa y de toda la televisión. La verdadera violencia está en la desigualdad creciente y las promesas electorales que se tiraron a la basura. La defensa propia esgrimida por Cajamarca, por ejemplo, debería ser calificada con los mismos parámetros por quienes alientan que la justicia callejera se lleve a cabo sin intervención de jueces ni fiscales.

El gobierno de Humala sostiene que le pragmatismo lo dirige. Eso significa que va a la deriva. Porque apelar al pragmatismo es el modo sibilino de decir que los principios se han abandonado. Tener éxito repitiendo lo que hicieron los antecesores, a quienes se censuró tan lúcida como severamente cuando había que distanciarse de ellos por cálculo electoral, es violencia en estado químicamente puro.

Y ahora vienen los tiroteos que se celebran y los asesinatos profilácticos. Volvemos a ser país de turbas.