A menos de un mes de la toma de posesión del nuevo presidente Humala, la oposición recalcitrante parece que sigue en sus trece intentando desmoronar su proyecto sin apenas tener tiempo de llevarlo a la práctica pese a estar aprobado por una mayoría de la población.
A éste respecto y conociendo el poco espacio de tiempo que ha tenido el nuevo gobierno pues si bien prácticamente solo ha tenido tiempo de ejecutar la toma de posición, si queremos hacer hincapié en el control de la anterior legislatura de Alan García en la supervisión de inauguraciones de todas sus obras con los concursos de la mismas así como auditar sus ejecuciones y planteamientos pues a buen seguro pocos se han celebrado y expuesto a publicación pública concursal como es el caso de su “monolito” el cual tanto por el costo como la degradación del paisaje debería de tener su correspondiente revisión.
En cuanto a las famosas inauguraciones de hospitales y grandes obras, auditar cómo se realizó desde el primer proyecto así como las construcciones que a buen seguro nos da mucho que pensar en la claridad de los mismos, enjuiciando si procede (creemos que sí) a la posibles estafas que surjan contra nuestro querido Perú.
Por desgracia para nosotros hemos tenido, salvo alguna excepción, tomas de poder central donde solo se han procurado en engrosar los bolsillos de los dirigentes creando la corrupción que tan bien han sabido instalar solo con el objeto de alcanzar sus beneficios particulares.