LA EDUCACIÓN DE CEMENTO


El presidente saliente Alan García Pérez y su gobierno aprista representan, ahora más que nunca, lo que podríamos denominar como el gobierno de cemento o el gobierno hueco.

Y esto es fácil de explicar pues todos sabemos que el desarrollo y progreso de la sociedad, del país está basado en la educación. Sin educación, no hay gente pensante, autónoma, con capacidad de decisión y elección, dispuesta a aportar sus conocimientos en beneficio de todos, no hay gente libre.

¿Qué hizo el gobierno aprista con la educación peruana?

  • Reducir el presupuesto de educación asignándole solo entre el 2% y 3% del PBI (la UNESCO sugiere el 6% del PBI de inversión en educación como mínimo).
  • Remodelar o reconstruir colegios para luego ser inaugurados en pomposas ceremonias y descubrirse al poco tiempo, con más pena que gloria, las fallas y obras inconclusas.
  • No iniciar una reforma educativa que incluya desde capacitación y actualización docente hasta nuevas metodologías de enseñanza y estudio para lograr alumnos capaces de resolver y enfrentarse a los problemas en la vida, no solo con conocimientos sino con dignidad e inteligencia emocional.
  • Existe un “Plan Nacional de Educación Para Todos” y el “Proyecto Educativo Nacional” firmados por autoridades del gobierno con objetivos que en papel quedan muy bonitos pero en la realidad no se han cumplido, ni siquiera hubo la intención de ponerlos en práctica.
  • Aceptar la educación como negocio, ya que muchos colegios privados con el afán de ganar más alumnos (más dinero) no tienen una suficiente exigencia académica (es mejor no desaprobar a un alumno porque si no éste se cambia de colegio y se pierde un ingreso más).
  • Lo mismo con los cientos de institutos de educación superior y decenas de universidades particulares en donde los estudiantes egresados no tienen el suficiente nivel académico para desenvolverse con eficiencia, menos para realizar trabajos de investigación porque tampoco el gobierno promueve este tema.
  • En el caso de los colegios del estado, el nivel académico de los alumnos es muy pobre, chicos de secundaria que no pueden leer correctamente una frase y en muchos casos no comprenden lo que leen.
  • No defender nuestro patrimonio como son los libros históricos de la Biblioteca Nacional del Perú que han sido robados sistemáticamente sin que el gobierno se inmute en lo más mínimo. Reinauguró una nueva sede de la Biblioteca, sí, muy bonito el color del cemento, pero sin suficientes medidas de seguridad y ni tan siquiera con un sistema de software de gestión bibliográfica.
  • El nivel de alfabetización es deficiente pues del más de un millón seiscientos mil peruanos  alfabetizados, según la publicidad del gobierno, hay cerca de un 40% de personas que no cuentan con un registro o no tienen como sustentar que dejaron de ser ‘analfabetas’. El gobierno cree que enseñándole a una persona solo a escribir su nombre ya dejó de ser analfabeta.

Es fácil deducir pues que Alan García y su gobierno creen que la “educación” son cuatro ladrillos recién pintados y una cinta para inaugurarlos. Y claro, ellos dirán que las cifras no mienten, que las estadísticas están ahí… nosotros creemos más en nuestra gente, en nuestros jóvenes, en la realidad diaria de los peruanos que demuestran lo contrario a las estadísticas.

La educación en el Perú no solo está estancada sino que ha retrocedido en estos cinco años y las consecuencias de ello las seguiremos viendo hasta que el Estado no priorice la reforma educativa, la inicie y la mantenga más allá de cualquier gobierno.

Es momento de pensar en nuestro querido Perú, en cada peruano y peruana del país y en el bienestar común, si queremos surgir como país, la clave está en la EDUCACIÓN.

Xavi & Míriam

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