Como en cada época y en la actualidad se hacen notar una serie de individuos, machitos ellos y nancys ellas (muñecas), donde el aparentar y llevar prendas de esos fabricantes rimbombantes a los cuales les dan fama por el precio del producto (que están en el mercado a precios muy elevados cuando los confeccionan en China por centavos), se creen superiores al resto de los mortales tanto en los dejes de hablar, que encima meten unos ‘acentos’ para según ellos salir de la vulgaridad y lo curioso es que una gran mayoría de ciudadanos los admiran y respetan pese a ser unos déspotas engreídos.
Esto sería para hacer un estudio en profundidad sobre el por qué nos hemos vuelto tan sumisos y absurdos en nuestra forma cotidiana de vida.
Muchas veces un mendigo por la calle nos inspira más respeto que un ejecutivo de traje y corbata.
A ver si hay suerte y alguien puede opinar al respecto.